Después de todo el verano parada, un domingo fui a corretear un poco a las pistas. Hice unas carreritas muy suaves, estaba empezando lo que yo creía era la temporada; pero a los tres o cuatro días la rodilla derecha se puso como un bombo, no podía ni doblarla. Dos semanas después seguía igual de hinchada. Fui al traumatólogo y me sacó dos jeringuillas de líquido y el veredicto que me dio fue de lo más inesperado: «tienes que operarte del menisco; no está roto pero cada vez que quieras correr o saltar, te pasará esto». Todavía estoy en shock. El campeonato gallego de pista cubierta es el 8 de enero, solo participaré en lanzamiento de peso. Ya veré qué decido.
BUAAAAAAAAAA……………………………………